Diversidad en el Yoga

De entre las múltiples disciplinas orientales de todo color y sabor que el individuo occidental ha tratado de importar para adaptarlas a su "estilo de vida" -muchas veces en un afán orientalista sin sentido-, son pocas las que han sobrevivido el utilitarismo y la inmediatez que requiere la vida moderna de esta mitad del mundo.

Uno de los métodos milenarios, en este caso de la India, de relajación y ejercicio que ha transitado con éxito por las latitudes del planeta ha sido el yoga, no sin sufrir ciertos cambios y adecuaciones requeridas por los usuarios de nuestro salvaje oeste.

El yoga, en el siglo 21, ya no es solamente una práctica para lograr la paz espiritual, es también una alternativa o una vía adicional para proporcionar resistencia, fuerza y tono muscular.

Ahora, que se habla de tantas variedades de ejercicio físico, que dependen del propósito al que se encauzan las rutinas diseñadas por los expertos, el conocido como "entrenamiento funcional" es aquel que intenta mejorar el desempeño de la persona en las tareas cotidianas, al tiempo que cumple metas adicionales como bajar de peso, mantener un adecuado trabajo cardiovascular, disminuir el estrés, etcétera. El yoga es, en este caso, un tipo de entrenamiento funcional por excelencia.

Existe una gran diversidad de posturas o asanas en el yoga, así como varias escuelas para su aprendizaje, puede ser ciertamente un reto hallar las que sean las más apropiadas para uno. A continuación, una guía muy breve de los tipos de yoga (H. Lewine, Harvard Medical School, 01/2011):


1. Ashtanga. Una secuencia de posturas que intenta coordinar el movimiento con la respiración. Puede ser un ejercicio bastante intenso.

2. Jivamukti. Similar al anterior, aunque incorpora cantos, lectura y meditación.

3. Iyengar. Es una variedad más lenta de yoga que se enfoca en los desequilibrios del cuerpo y promueve el alineamiento físico y la serenidad.

4. Bikram. Intenta hacer sudar, por lo que sus 26 posturas se practican en un espacio con calefacción.

5. Kundalini. Consiste en respiración rápida, posturas, cantos y meditación. Con movimientos lentos y premeditados, el objetivo es "mover la energía por todo el cuerpo para enriquecer la conciencia".

6. Kripalu. Se fundamenta en posturas que mejoran el tono muscular, aumentan el flujo sanguíneo y "energizan" la mente y el cuerpo.

Y, por supuesto, con este, como con otros recursos relacionados con la salud humana hay que tener cuidado, los charlatanes abundan.