viernes, 29 de enero de 2016

¿El Yoga quema más grasa que el ejercicio cardiovascular?

La mayoría de las formas del yoga son leves. No incrementan de forma significativa la frecuencia cardiaca, aunque tonifican los músculos y ayudan a ponerte en forma. Cualquier tipo de actividad física tiene el potencial de ayudar a quemar grasa, pero el ejercicio cardiovascular sí quema muchas más calorías que el yoga durante el mismo periodo de tiempo y es más probable que te ayude a bajar de peso.

Beneficios

Tanto el yoga como el ejercicio cardiovascular tienen el potencial de que obtengas beneficios físicos y psicológicos significativos. La Clínica Mayo dice que la actividad física regular de cualquier tipo tiene el potencial de ayudar a la gente a dormir mejor, mejorar su estado de ánimo, incrementar sus niveles de energía y disminuir el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer, la osteoporosis, la diabetes y el colesterol elevado. La Clínica Mayo también dice que el yoga de forma específica puede ayudar a controlar la depresión, la ansiedad y el insomnio, además de reducir el estrés.

Calorías

El ejercicio cardiovascular quema más calorías que el yoga. Según el American Council on Exercise, una hora de hatha yoga y posiciones de estiramiento quema alrededor de 180 calorías en una persona de 160 libras de peso, pero el ejercicio cardiovascular moderado quema alrededor de 475 calorías. Para una persona del mismo peso, la Clínica Mayo dice que el ejercicio cardiovascular como trotar, saltar la cuerda, la caminata y el correr en caminadora queman 580, 730, 275 y 650 calorías respectivamente. Se necesitan alrededor de 3.500 calorías para quemar una libra de grasa, entonces el ejercicio cardiovascular te ayudará a perder peso mucho más rápido que el yoga.

Comparación

Aunque el ejercicio cardiovascular quema más calorías que el yoga, lo que lo hace mejor para bajar de peso y perder grasa, los ejercicios de yoga tienen beneficios distintos. Ya que involucran tantos estiramientos, pueden ayudar a aumentar tu flexibilidad y prevenir lesiones durante ejercicios más vigorosos. El yoga también puede ayudar a tonificar grupos de músculos específicos del cuerpo de forma más efectiva que el ejercicio cardiovascular.

Opinión del experto

El Dr. Donald Hensrud, especialista de medicina preventiva de la Clínica Mayo, dice que el yoga no tiene el mismo poder para quemar calorías que el ejercicio cardiovascular, por lo tanto cualquier rutina para bajar de peso que involucre yoga también debe tener cierta actividad aeróbica. También afirma que una disminución sana de peso necesita reducir el consumo calórico diario y realizar actividad física regular, ya que el ejercicio por sí mismo ayuda a mantener un peso más que a bajarlo.

Consideraciones

Para algunas personas con movilidad limitada, problemas articulares o lesiones, el ejercicio cardiovascular intenso no es adecuado y el yoga puede servir como una opción viable para bajar de peso. Antes de comenzar cualquier plan de ejercicios nuevo, es útil consultar con un médico para una asesoría personalizada. Recuerda que cualquier ejercicio puede representar un riesgo de lesión si se realiza de forma incorrecta, por eso asegúrate de ver demostraciones de cómo realizarlo de forma correcta antes de realizar ejercicio cardiovascular o practicar yoga.


lunes, 25 de enero de 2016

¿Qué puedo hacer para adelgazar?: Fija objetivos fáciles de conseguir a corto plazo

Una persona a la que le sobran 15-20 kilos para alcanzar su peso ideal puede tardar meses en completar el proceso. El objetivo final será perder todo ese peso, pero es un objetivo lejano, que perderemos de vista rápido y hará que la motivación y las ganas de adelgazar se esfumen. Debemos plantear objetivos fáciles de conseguir a corto plazo.

Tener una meta asequible a corto plazo hará que nos pongamos más las pilas y que estemos más motivados a conseguirlo, porque será como una batalla ganada en la guerra y dará un empujón a la motivación que necesitamos.

Plantéate por ejemplo perder 0,5 kg por semana. Este es un objetivo real y asequible, un reto que podemos conseguir haciendo ejercicio y moderando la dieta. Cada mes también puedes plantearte en una semana ganar un poco más de ese 0,5 kg y las semanas que sean más difíciles como las fiestas, el objetivo puede ser mantenerse en el peso, ni ganar ni perder.

Y no solo hay que plantearse objetivos a corto plazo con la báscula, también puedes hacerlo con el ejercicio: correr 1 kilómetro más cada semana, o con la dieta: beber solo agua en las comidas de esa semana.

Perder peso es una carrera de fondo, como una gran vuelta ciclista, si piensas en hacerla de un tirón, te resultará imposible, pero por etapas u objetivos, se hace mucho más llevadera y te demuestra que si puedes conseguir pequeñas metas, al final podrás conseguir tu gran objetivo.

Por tanto, en nuestro proceso para adelgazar ya tenemos los dos puntos fundamentales para empezar:

  • Busar una motivación que sustente todo el proceso.
  • Fijarnos pequeños objetivos a alcanzar para poder conseguir nuestra meta.
  • martes, 19 de enero de 2016

    Ejercicio Vs Depresión

    El ejercicio físico ha demostrado efectos parecidos o incluso mejores que los fármacos para subir el ánimo, de ahí que esté indicado para las personas que sufren depresión. La actividad física se considera efectiva tanto a nivel preventivo como para disminuir el riesgo de desarrollo de depresión mayor. Y a nivel terapéutico, para mejorar la sintomatología ya establecida así como las complicaciones orgánicas.

    Junto con otros trastornos emocionales, la depresión afecta a un 10% de la población mundial, en su mayoría mujeres. Quienes la sufren no sólo presentan tristeza, sino que suelen ver mermada su calidad de vida por problemas tanto sociales como físicos.

    Otros síntomas de los que también adolecen estos enfermos son: insomniocansancio y cambios en los hábitos alimenticios (habitualmente aumento de peso). Además, quienes la sufren tienen mayor riesgo de padecer otros problemas de salud a distintos niveles. Se han descrito mayor porcentaje de procesos cardiovasculares como hipertensión, además de otros como diabetes mellitus, enfermedades respiratorias o Síndrome Metabólico…

    Las hormonas de la felicidad

    Nuestro organismo segrega una serie de neurotransmisores, como las endorfinas, que son estimulantes del estado emocional del individuo. Éstas, en personas depresivas están alteradas, por lo que los procesos habituales en un individuo sano no existen y se producen alteraciones que requieren de fármacos para lograr un equilibrio.

    La actividad física consigue efectos parecidos e incluso mejores que los fármacos. Por ejemplo, el ejercicio estimula la secreción de endorfinas y su efecto es más rápido, según algunos científicos, que el que puede lograr la medicación. Así pues, es lógico que el ejercicio físico resulte positivo para la depresión.

    La mejor actividad

    Estudios epidemiológicos demuestran que hay una relación inversa entre actividad física y salud mental. Cuanto más ejercicio, menor riesgo de sufrir depresión. Asimismo, quien ya la padece suele ser una persona sedentaria e inactiva (causa del 5,5% de mortalidad mundial), por lo que los beneficios de la actividad física aparecen en positivo en estos casos.

    Una actividad física moderada-intensa realizada entre tres y cinco días a la semana disminuye el riesgo de enfermedades de distinta índole, entre ellas, la depresión. Se recomienda que la frecuencia cardiaca del programa de ejercicios se mantenga entre el 60-80% de la frecuencia cardiaca máxima (220-edad de la persona), y mantenerlo a lo largo de cuatro meses para observar mejoría. La rutina debe combinar una actividad aeróbica (caminar, bicicleta, correr…) con la de tipo anaeróbico y así trabajar tanto el sistema cardiovascular como la flexibilidad y la fuerza resistencia muscular.

    La importancia de motivar

    No es fácil convencer al paciente de que un plan de ejercicios será beneficioso, ya que suelen ser personas a las que todo les parece complejo y que piensan en negativo: sea lo que sea lo verán como perjudicial. Su energía, tanto física como mental, está baja por lo que todo se les hace una montaña. Revertir esta situación no es una tarea fácil. Hacerles ver que tendrán una mejor y mayor autonomía y autoestima así como disminución en las complicaciones de salud y a la larga una disminución en su medicación es uno de los objetivos a conseguir.

    Es importante focalizarse en el presente y dejar de lado el pasado. Tener la cabeza ocupada dificultará que el pasado vuelva y distraiga a la mente del plan de trabajo establecido para la mejora del presente. El grupo de actividades que más repercute en positivo en este aspecto son las conocidas como “mente y cuerpo”.

    El yoga o el taichi estarían incluidos entre ellas. Varias instituciones, entre ellas la universidad de California State University, han valorado los efectos beneficiosos y han concluido que el yoga llega a reducir la cantidad de fármacos necesarios para estos pacientes así como los síntomas que acompañan a la depresión. Pero es importantísimo que esta pauta de ejercicios la supervise un médico, ya que si es el propio paciente quien decide por su cuenta cambios en la medicación los beneficios pueden no ser los esperados.

    Consejos prácticos

    Cuando se establezca una rutina de actividad, es importante hablar con el paciente y tener en cuenta algunos consejos:

    • Establecer objetivos fáciles: si no sale de casa se puede iniciar simplemente moviéndose por casa. Si sale, entonces puede ser efectivo salir a comprar, bajarse del autobús una parada antes, subir o bajar las escaleras….
    • Realizar las actividades diarias (planchar, barrer, fregar…) teniendo en cuenta que son actividades físicas en sí.
    • Acertar en los gustos: ya que seguramente será poco alentador para quien sufre depresión el hacer ejercicio, es importante buscar algo con lo que se sienta cómodo y a gusto.
    • Buscar compañero: si se tiene pareja o un familiar será perfecto para motivarse y animarse a seguir. En caso contrario, mejor acudir siempre con alguien. De este modo se pueden comentar sensaciones y situaciones.
    • Apuntarse a clase: se comparte el espacio con más personas lo cual es socializador. Además  como éstas tienen un tiempo prestablecido obliga a seguirlas.
    • Ponerse música: es motivador y estimulante.
    • Incentivarse: premiarse a uno mismo con pequeños incentivos si se consigue el objetivo marcado.

    jueves, 14 de enero de 2016

    Correr genera endorfinas y te hace feliz

    La "droga" para que logres tu felicidad se llama endorfina. Son unas pequeñas proteínas que actúan como neurotransmisores de placer. Te sirven para luchar contra el dolor, entre otras muchas cosas, y, sobre todo, para ser feliz.


    Correr nos hace más felices. Esa es una máxima que está científicamente probada. La "culpa" la tienen las endorfinas, o, lo que es lo mismo, unas pequeñas proteínas que "nacen" desde la una parte del cerebro llamada hipófisis. El ejercicio físico nos ayuda a sentirnos mejor, porque estimula la producción de endorfinas.

    LA LLAVE DE LA FELICIDAD

    Las endorfinas producen en nuestro cerebro sensaciones muy similares a las de la morfina, el opio o la heroína, pero, lógicamente, sin sus efectos negativos. Existen unos 20 tipos distintos de endorfinas, que son las que se encargan de transmitir comunicaciones entre ambas neuronas.

    Estos químicos naturales producen una analgesia natural, y estimulan los centros de placer en el cerebro que nos dan sensaciones felices y nos alivian de los dolores y del malestar. Además, también nos protegen contra los virus y las bacterias que invaden nuestro organismo. Eso sí, las endorfinas tienen una vida corta, ya que ciertos enzimas de nuestro organismo las "liquidan". De este modo, se matinene un equilibrio interior en nuestro cuerpo.

    Las endorfinas se descubrieron en 1975, y además, se descubrieron de una forma intencionada, ya que como se tenía la constancia de que el cerebro tiene receptores "autoproducidos" para "captar" las sensaciones gratas de la morfina. Pero la morfina es una droga endógena, exterior a nuestro cuerpo. Entonces, cabía pensar, ¿esos receptores no se habrían creado, en realidad, para captar los inputs de la morfina?   Una vez nos queda claro que las endorfinas las producimos de modo natural y beneficioso, y que el estrés y la fatiga que genera el ejercicio físico las "crea". ¿Pero, de que otras maneras podemos generar endorfinas? He aquí algunas ideas:

    - Riendo.
    - En contacto con la naturaleza.
    - Escuchando música.
    - Realizando ejercicios de relajación, como el yoga o el tai-chi.
    - Recordando buenos momentos del pasado.
    - Imaginando situaciones agradables.
    - Descansando o duermiendo.
    - Practicando sexo.
    - Tomando leche materna (la leche materna contiene endorfinas).
    - Tomando café.
    - Con el dolor. El cuerpo es capaz de producir un "contradolor" como respuesta para mitigar el efecto de un dolor mayor.


    martes, 12 de enero de 2016

    El ejercicio durante el embarazo podría ayudar al cerebro del bebé, plantea un estudio

    El ejercicio moderado durante el embarazo podría fomentar el desarrollo del cerebro del bebé, según una investigación reciente. 

    En el estudio participaron 18 madres embarazadas y sus bebés, y halló que "a los diez días, los niños tienen un cerebro más maduro cuando sus madres hacían ejercicio durante el embarazo", aseguró la investigadora del estudio, Elise Labonte-LeMoyne, candidata doctoral de kinesiología en la Universidad de Montreal.

    Otros estudios han encontrado beneficios de salud en los recién nacidos y en los niños mayores cuyas madres hacían ejercicio mientras estaban embarazadas, aseguraron los investigadores. Y aunque estudios con animales han mostrado que el ejercicio en el embarazo altera al cerebro fetal, cree que este es el primer estudio en observar el efecto del ejercicio sobre el desarrollo del cerebro humano.

    Para el estudio, presentado el domingo en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia (Society for Neuroscience) en San Diego, los investigadores asignaron al azar a 10 mujeres embarazadas a un grupo de ejercicio y a 8 a un grupo inactivo al inicio del segundo trimestre. Se pidió al grupo activo que hiciera al menos 20 minutos de ejercicio cardiovascular tres veces por semana con una intensidad moderada, lo que significa que como mínimo debía faltarles el aliento un poco. Labonte-LeMoyne comentó que, en general, caminaron, trotaron, nadaron o montaron bicicleta.

    En promedio, el grupo de ejercicio hizo 117 minutos de ejercicio a la semana, y el grupo sedentario 12 minutos a la semana. Usando un EEG, que registra la actividad eléctrica del cerebro, los investigadores midieron la actividad cerebral de los recién nacidos mientras dormían cuando tenían entre 8 y 12 semanas de edad. Se concentraron en la capacidad del cerebro de reconocer un nuevo sonido, apuntó Labonte-LeMoyne, que anotó que esto refleja la madurez cerebral.

    Los bebés cuyas madres hicieron ejercicio mostraron una ligera ventaja, hallaron los investigadores. "El cerebro es más eficiente, puede reconocer el sonido con menos esfuerzo", explicó.

    Las diferencias podrían traducirse en una ventaja lingüística más adelante en la vida, especuló. Los investigadores están dando seguimiento al desarrollo de los niños hasta el año de edad para ver si la ventaja persiste.

    Es posible que el ejercicio acelere un proceso conocido como poda sináptica, en que las células y las conexiones nerviosas son eliminadas, ayudando al desarrollo cerebral, comentó Labonte-LeMoyne.

    Los hallazgos del estudio no sorprenden al Dr. Raul Artal, profesor y catedrático de obstetricia y ginecología y salud de las mujeres en la Facultad de Medicina de la Universidad de Saint Louis. Hace mucho que propugna el valor del ejercicio para las mujeres embarazadas sanas.

    "Se sabe que los bebés responden a los estímulos en el útero", aseguró. La nueva investigación refuerza la creencia de que "el embarazo no es un estado de confinamiento ni de indulgencia", añadió Artal.

    "Se ha documentado que las mujeres embarazadas que llevan una vida normal, hacen ejercicio y comen juiciosamente tienen mejores resultados del embarazo", señaló Artal, mientras que un estilo de vida sedentario, la obesidad y algunas enfermedades pueden resultar nocivos para el bebé no nacido.

    El Congreso Americano de Obstetras y Ginecólogos (American Congress of Obstetricians and Gynecologists) afirma que las mujeres con embarazos sin complicaciones que hacen deporte recreativa o competitivamente deben permanecer activas durante el embarazo, modificando su rutina cuando sea médicamente necesario. Las mujeres que eran inactivas antes de quedar embarazadas o que tienen complicaciones médicas o relacionadas con el embarazo primero deben ser evaluadas por el médico, indican las directrices.

    Las investigaciones presentadas en reuniones se consideran preliminares hasta que se publican en una revista médica revisada por profesionales.

    Más información

    Para más información sobre el ejercicio durante el embarazo, visite la Nemours Foundation.




    jueves, 7 de enero de 2016

    Año Nuevo, ¡dieta nueva! 10 consejos para que comiences hoy mismo.

    Cuando el reloj marque las doce esta noche, junto con el brindis por el año que comienza, millones de personas se propondrán metas para esos próximos doce meses: desde cambiar de empleo, terminar una carrera, comprar una casa, hasta vivir de una forma más sencilla y saludable. Junto con mis deseos de que este año sea venturoso y feliz para ti y toda tu familia, te propongo un proyecto importante y completamente factible: alimentarte mejor.   ¿No tienes idea de cómo empezar? Sigue estos consejos y verás que es fácil. 

    Con un nuevo año por delante, el mejor regalo que puedes hacerte a ti y a tu familia es mejorar tu alimentación. Es también la mejor inversión que puedes hacer en tu salud.  Si el año pasado te acostumbraste a la comida rápida y a comer a deshora, es el momento de hacer un cambio. Poco a poco, ve estableciendo pequeños cambios que van a tener grandes resultados en tu peso, tu figura, tu nivel de energía y bienestar general. Pon en práctica los siguientes consejos:

    1. Un nuevo comienzo….  Implica un poco de reflexión y de valentía para admitir en qué nos estamos equivocando. ¿Tu talón de Aquiles son las sodas o los chocolates? ¿Los postres o las papitas? Lo mejor es desaparecerlos de la vista ¡y del estómago! Para empezar, te sugiero revisar la alacena. Elimina todo lo viejo, atrasado, los paquetes abiertos y con el contenido endurecido, además de todas las chucherías que solamente aportan calorías vacías (que no son nutritivas).  Con menos tentaciones y más orden en la alacena, se te hará más fácil preparar los menús aprovechando lo que ya tienes, y ahorrar en tu próxima compra en el supermercado, porque ahora sí sabes lo que te hace falta.

    2. Un poco de disciplina viene bien.  Una lista de lo que necesitas para las comidas de cada semana, evitará que compres por impulso, porque el producto esté en oferta o te resulte apetitoso. Detente a leer las etiquetas para determinar si ese alimento te conviene o no: es posible que contenga demasiada azúcar, o sodio (sal), o grasa.

    3. Inspírate en el Mediterráneo. Las Islas Griegas, la Riviera Francesa o el Sur de España son lugares fantásticos para pasar unas vacaciones de ensueño. Pero en realidad, te aconsejo que sigas el estilo alimenticio de esa cuenca marítima, la famosa dieta mediterránea, rica en pescado, carne magra, frutas, vegetales y aceite de oliva.  Como verás en los artículos de Vida y Salud que te doy de ejemplo, no se trata de una dieta en sí, sino de todo un estilo de vida, favorable a tu corazón y al control del exceso de peso.

    4. Planifica tres comidas básicas y no te saltes el desayuno.  Comer desorganizadamente y sin horario fijo está bien para un par de días, pero no como norma. Planea comidas nutritivas que puedas preparar en casa, para que seas tú quien tenga el control de los ingredientes y la seguridad del método de preparación. No ignoren la importancia del desayuno, aunque se despierten con poco apetito. Es muy importante desayunar antes de ir a la escuela y/o al trabajo y sólo es cuestión de despertarse unos minutos antes. Los estudios demuestran la importancia de un buen desayuno para comenzar el día llenos de energía.  Y si el desayuno es alto en proteínas(como las del huevo, por ejemplo), te hará sentir más satisfecha(o) hasta que llegue el almuerzo.

    5. Usa tu imaginación. ¿Te gusta cocinar? Perfecto, ya tienes la mitad de la batalla ganada, porque lo único que tendrás que hacer es incorporar más alimentos saludables, como frutas y verduras, en formas que resulten novedosas y apetecibles. ¿Y si la cocina no es tu fuerte? ¡Ánimo! Hay libros de cocina, programas de televisión y revistas especializadas que puedes usar como guía para que el brócoli, la zanahoria y el apio se transformen en deliciosos acompañantes.  Y tampoco viene mal salirse de la rutina de todos los días y explorar alimentos diferentes, como la chia o la quinoa (quinua) que aportan elementos nutritivos y variedad a las comidas.

    6. Sirve menos carne roja. Varios estudios recientes relacionan a las carnes rojas y procesadas con mayor riesgo de desarrollar enfermedades del corazón y cáncer.  No tienes por qué eliminarlas totalmente, pero sí combinarlas con otros tipos de carnes, como el pollo, el pavo o altérnala con el pescado.  Estos últimos, especialmente si son del grupo de los pescados grasos o azules, que son ricos en omega 3, un tipo de ácido graso esencial que sí beneficia al corazón al disminuir el depósito de colesterol o placa en las arterias.

    7. Evita la comida rápida o chatarra. Ya se sabe que de vez en cuando visitar un restaurante de comida rápida nos resulta conveniente y a los niños les encanta. Pero la comida chatarra contribuye a aumentar la epidemia de obesidad que padecemos por el exceso de calorías que contiene. De nuevo, el objetivo es reducir tu consumo actual y sustituir esos cortes de pizza, y hamburguesas bañadas en queso por comidas más ligeras y nutritivas preparadas en casa. Siempre que puedas.

    8. Sustituye los refrescos y sodas por agua.  Por el alto contenido de azúcar, añaden grandes cantidades de calorías vacías (que no son nutritivas) a la dieta. Lo mejor es sustituirlas por agua. Reducir su consumo es difícil, sobre para los niños que están acostumbrados, pero es importante. Lo mejor es no tener refrescos o sodas en la casa.

    9. Compra más productos frescos y del área. ¿Qué se produce en el lugar que vives? Si resides en o cerca de una zona agrícola, tendrás más acceso a frutas y verduras que no tienen que viajar distancias enormes para llegar al consumidor. De igual forma si vives en una zona costera, podrás obtener pescados y mariscos más frescos y por mejor precio. Aprovecha las ofertas de los mercados campesinos  y sácale partido a los productos de la estación, como las frutas, para que puedas añadir calidad sin perjudicar el presupuesto familiar.

    10. Dale importancia a las comidas y a las reuniones familiares.  La familia reunida alrededor de la mesa es una tradición hermosa que para nosotros los latinos resulta fundamental. Protégela porque cada vez se va abandonando más por el estilo de vida que llevamos.  Comer en familia es una forma de compartir, no solamente los alimentos, sino la presencia y la charla de los comensales. Apaga la televisión, pon a un lado los teléfonos celulares, para que ese tiempo sirva para alimentarlos física y emocionalmente, para dejar atrás los problemas y el estrés y confirmar que no hay un lugar más acogedor y más lindo que nuestro hogar.

    Tienes todo un nuevo año por delante. Que todos tus sueños y metas se cumplan, pero cualquiera que éstos sean, tu salud es vital para que puedas llevarlos a cabo y disfrutarlos.  Si te propones cambios positivos en tu dieta, verás como tu salud también mejora. ¡Adelante!

        

    martes, 5 de enero de 2016

    10 Errores a evitar en el gym

    Aunque decidimos empezar el curso con buenos hábitos, no nos apuntamos al gimnasio y, otra vez, se nos ha echado el tiempo encima. No solo no hemos perdido los kilos que pensábamos, sino que hemos ganado alguno más. No hay tiempo que perder, de hoy no pasa: me calzo las mallas de fitness y me voy a la sala de máquinas. Cinta, bicicleta, abdominales para un vientre plano, oblicuos para recuperar la cintura y alguna clase aeróbica para perder peso rápido: ¿zumba?, ¿spinning?… ¿Y por qué no las dos? Sí, así es como pensamos la mayoría cuando vemos que no entramos en la ropa de la temporada pasada y nos resistimos al aumento de talla. Y este es el primer error: dar por hecho que somos capaces, de un día para otro, de practicar deporte durante horas como si tal cosa. Pero no es el único. Aquí le contamos los diez fallos de gimnasio más comunes, aquellos que frenan su evolución física

    1. Pagar por adelantado en el centro deportivo. Cristian García, director técnico del centro de electro-fitness y fisioterapia, nos advierte del peligro de los “contratos candado" en los gimnasios, que obligan al desembolso se vaya o no, incluso aunque presente informes médicos. “Antes de decidir si se queda o no en el gimnasio que ha elegido, hay que informarse sobre el plan de entrenamientos que le van a proponer, si será atendido periódicamente por un entrenador y las fechas en que podrá evaluarlo. Debemos elegir un centro que esté cerca de nuestro lugar de trabajo o residencia, si no queremos abandonar a la primera de cambio", expresa.

    2. Pensar que en unas semanas veremos resultados sorprendentes. Efectivamente, esto es un error que frena que adelgace, pues genera frustración. Como asegura Ángel Merchán, hay dos problemas implícitos: "El primero es que el cuerpo necesita tiempo para adaptar los estímulos que le damos con el entrenamiento para que se produzcan mejoras, y el segundo es que al ir con esa mentalidad nos vamos a desmotivar rápido, al no ver los resultados esperados, y querremos abandonar. Los efectos se observan por trimestre (serán significativos) y dependen del nivel de condición física que ya tuviera anteriormente".

    3. Entrenar menos de dos días a la semana. O no ser constantes. De lo que se trata es de ser regulares en nuestra forma de hacer ejercicio. Beatriz Solís, entrenadora de fitness y gerente de uno de los gimnasios femeninos de la cadena Curves, confirma que la constancia y los buenos hábitos son la clave. "En nuestros centros recomendamos 30 minutos 3 veces por semana. Se necesitan de 10 a 12 semanas para crear un hábito y, a partir de ahí mantenerlo: esa es la clave del éxito". Cristian García puntualiza: "Hay que programar días y horas para ir a entrenar, y tratar de hacer de esta actividad una rutina sagrada". Y Ángel Merchán corrobora: “Todo depende cada persona, el Consejo Americano de Medicina Deportiva recomienda un mínimo de 3 días a la semana de ejercicio cardiovascular vigoroso y 2 días de fuerza. A partir de aquí, cada persona debe adaptar la cantidad de ejercicio y la intensidad del mismo a su nivel y a sus circunstancias personales. En mi experiencia, con 2 días a la semana se pueden conseguir resultados, pero lo ideal es llegar a 4 o 5”.

    4. Limitarse a las abdominales para lograr un vientre plano. No conseguirá un vientre plano por hacer 100 abdominales diarias. “Ejercitar una zona determinada no ayuda a perder grasa de esa zona en concreto, como han demostrado numerosos estudios. Se consigue mejorar el tono general y su fuerza. Afinar el abdomen depende fundamentalmente de la pérdida de grasa, y para ello hay que realizar un entrenamiento enfocado al gasto calórico y combinarlo con una alimentación adecuada que genere un cierto déficit calórico, es decir, gastar más calorías de las que ingerimos”, nos dice Ángel Merchán. 

    5. Comer lo que le dicta su entrenador personal. "Debemos mantener siempre una dieta equilibrada, variada y hacer cinco comidas al día. Todos sabemos cuáles son los alimentos que no nos convienen (azúcares, grasas malas, alcohol…)”, advierte Beatriz Solís. Y si el peso que queremos perder es importante, acudiremos a un experto, pero nunca dejaremos que un entrenador nos haga una dieta. "Por lo general (aunque no todos), los instructores deportivos tenemos nociones de nutrición, pero no somos profesionales de algo tan delicado como esto. Podría ser contraproducente”, valora Cristian García, que continúa: "Aconsejo precaución con los productos que ofrecen los gimnasios para quemar grasas, eliminar líquidos o aumentar masa muscular, podría comprometer órganos internos [consulte antes con su médico]. Nunca reemplazaría una comida por un batido durante largos periodos de tiempo”.

    6. Burlarse de las pesas: "¡Eso es de musculitos!". Ángel Merchán asegura que en procesos de pérdida de peso, además del entrenamiento cardiovascular para quemar calorías y la alimentación adecuada, se requiere de entrenamiento de fuerza. Esto se debe a que la mejora en nuestra masa muscular va a incrementar el metabolismo, que por otro lado se está ralentizando con la perdida de peso y el déficit calórico. De este modo, conseguiremos que el adelgazamiento sea sostenible. “Hacer solo ejercicio aeróbico [cinta, correr, caminar…] no nos ayuda a elevar el metabolismo, que es el motor quema grasas del cuerpo. Un entrenamiento completo de fuerza y aeróbico es lo que nos va a permitir una figura armoniosa”, comenta Beatriz Solís.

    7. Sobrevalorar su fuerza. “El peso que movemos debe estar adaptado a nuestra fuerza, de manera que podamos ejecutar el ejercicio de forma técnicamente correcta. Retorcerse en la máquina o con las pesas solo aumenta el riesgo de lesión sin conseguir un mejor resultado", advierte Ángel Merchán. “Un grupo muscular tiene la fuerza que tiene, cuando cambiamos la postura para mover más es porque el músculo en cuestión no puede, y lo que hace es buscar la ayuda de otros para completar el movimiento. Para levantar los glúteos, ejercicios como las sentadillas, el peso muerto y hip thrust(elevarlos tumbado en el suelo) son perfectos”, añade.

    8. Mantener la misma intensidad en la bicicleta durante 40 minutos. Las cintas y bicicletas estáticas pueden ser herramientas perfectas para entrenar. Lo importante es qué hacemos con ellas. Por ejemplo, como narra Ángel Merchán, el entrenamiento continuo (40 minutos en bici estática al mismo nivel) tiene menos efectividad que si se hacen cambios de ritmo o sprints, en relación con la pérdida de grasa. "Si lo queremos es ‘moldear’, realizaremos ejercicios de fuerza después del calentamiento y antes que el cardio, con una clase colectiva tipo zumba o spinning", agrega. Aunque aquí hay que tener muy en cuenta lo que señala Cristian García, de BodyOn: “Escogeremos una clase colectiva según nuestro rendimiento. Muchas personas se apuntan a spinning sin estar preparadas, físicamente, para ello”.

    9. No estirar tras el entrenamiento. Si supiéramos la de lesiones a largo plazo que se provocan por falta de estiramiento después del ejercicio, no dudaríamos ni un segundo en hacer este gesto. Se recomienda realizar estiramientos manteniendo la posición de tensión durante 20 segundos sin hacer rebotes. Actividades como yoga y pilates integran el trabajo de flexibilidad en sus rutinas y pueden ser interesantes como complemento al entrenamiento cardiovascular y de fuerza", indica Ángel Merchán. “Los estiramientos ayudan a aliviar la tensión muscular, mejoran la movilidad a largo plazo y permiten que la musculatura se regenere más rápidamente. Vamos a aumentar en un 19% los beneficios del entrenamiento”, confirma Beatriz,

    10. Practicar siempre la misma rutina, y no descansar. Un error muy común es mantener la misma rutina de entrenamiento durante demasiado tiempo. En opinión de Ángel, el cuerpo se adapta y deja de provocar mejoras. "Debemos variar el entrenamiento cada cuatro o seis semanas como máximo. Otro error frecuente en gente que está bastante en forma y entrena habitualmente es no respetar el descanso. El cuerpo necesita detenerse para poder asimilar el entrenamiento. Si no reposamos una o dos veces en semana, corremos el riesgo de sobreentrenarnos, y conseguir lo contrario a lo que buscamos: empeorar nuestra condición física”, concluye.