martes, 17 de mayo de 2016

Mente sana en cuerpo sano

Durante la pasada década, tras numerosos estudios realizados con animales y personas, se ha comprobado que el ejercicio físico mejora la capacidad de aprender y recordar. El mens sana in corpore sano de toda la vida, vaya, pero con pruebas científicas. No obstante, los detalles específicos de esta relación entre cuerpo y mente se mantenían en una nebulosa que nadie había conseguido descifrar. ¿Es bueno el ejercicio previo o posterior a la concentración mental? ¿Durante cuánto tiempo debemos ejercitarnos? ¿Se trata de una actividad intensa o relajada? Las anheladas respuestas a esas preguntas (“por favor, por favor, que sea beneficioso un ejercicio físico relajado y breve…”) ya están aquí.

Dos nuevos estudios han abordado estas cuestiones. Ambos concluyen que la duración y la intensidad de cada actividad pueden, sin lugar a dudas, afectar a nuestra capacidad cognitiva, aunque no necesariamente de manera beneficiosa (hay esperanza para los más vagos).

Los estudios

El primero y más ambicioso se publicó en mayo en PLoS One. En primer lugar, se reunió a 81 mujeres jóvenes y sanas cuya lengua materna era el alemán y, aleatoriamente, se las dividió en tres grupos. Cada uno de estos grupos llevaba cascos y escuchó durante 30 minutos listas de pares de palabras: un nombre común alemán y su equivalente polaco. Las mujeres debían memorizar la palabra que desconocían.

Sin embargo, las circunstancias de la escucha variaban según los grupos. El primero realizó la escucha tras haber estado sentado tranquilamente durante 30 minutos. El segundo había montado en una bicicleta a ritmo apacible durante 30 minutos y después se sentó y se puso los auriculares. El tercer grupo montó en la misma bicicleta durante el mismo tiempo a un ritmo intenso y escuchó las palabras mientras realizaba el ejercicio.

La diferencia entre las mujeres que habían hecho ejercicio y las que no era notableDos días más tarde, las alemanas respondieron a unos test acerca de su nuevo vocabulario. Todas ellas podía recordar algunas palabras nuevas, pero las mujeres que habían montado en bici mientras escuchaban los pares fueron las que mejores resultados obtuvieron: habían hecho ejercicio moderado al tiempo que tenía lugar el proceso de memorización. Tenían claramente mejor recuerdo de la nueva información y la diferencia era notable con el grupo de aquellas que habían hecho ejercicio antes de aprender nuevas palabras.

Los resultados parece que no dejan lugar a dudas. No obstante, contrastan considerablemente con los hallazgos que se presentaron en mayo en el encuentro anual del American College of Sports Medicine en Indianápolis.

En este caso, once universitarias leyeron un capítulo denso de un libro de texto de la facultad en dos ocasiones: primero, sentadas tranquilamente y, otro día distinto, mientras hacían ejercicio enérgicamente en una máquina elíptica durante 30 minutos. Inmediatamente después de cada sesión, las estudiantes realizaban un test sobre lo que acababan de leer. Dicho test se realizaba de nuevo al día siguiente de cada prueba.

Las conclusiones del estudio revelaron que el ejercicio no ayudaba a la memorización, al menos a corto plazo. Los resultados del test eran peores cuando éste se realizaba inmediatamente después de la actividad física, sobre todo comparados con los de aquellas que habían leído tranquilamente sentadas. Sin embargo, resulta curioso comprobar que los test realizados un día después obtenían resultados iguales en las mujeres que habían leído sentadas y las que lo habían hecho mientras practicaban ejercicio.

Las conclusiones

Maren Schmidt-Kassow es profesora en el Instituto de Psicología Médica en la Universidad Goethe de Frankfurt y dirigió el primero de los estudios (el de las bicicletas), donde el ejercicio durante el aprendizaje resultaba tremendamente efectivo. Como afirma la profesora, el efecto beneficioso probablemente responde a la suavidad del ejercicio. “Una actividad suave en intensidad implicará niveles de excitación psicológica bajos pero notables, lo que ayudará a preparar al cerebro para la entrada de nueva información, y para la codificación de dicha información en recuerdos”, dice Schmidt-Kassow.


jueves, 5 de mayo de 2016

Bienestar personal y éxito laboral

¿Alguna vez has soñado en trabajar para una empresa que se preocupe por tu salud? Esto ya se puede convertir en realidad con el programa de Empresa Saludable, el cual se enfoca a cuidar la salud física, mental y emocional de los trabajadores para mejorar su productividad laboral.

 

El desarrollo de una cultura de prevención y tratamiento de salud ayuda a los empleados a adoptar un estilo de vida saludable para mejorar su bienestar personal y laboral, asegura Jorge Woolfdirector general de Salud Interactiva.

 

Jorge Woolf asegura que al cuidar la salud de los trabajadores se previene el ausentismo laboral por enfermedad, lo cual afecta también a la empresa. Por eso es importante combatir padecimientos como obesidad, sobrepeso, colesterol, hipertensión, diabetes y tabaquismo. 

 

A través de estudios médicos, cuestionarios y actividades físicas personalizadas, el rendimiento de los empleados puede crecer hasta un 100%, lo que genera una mayor satisfacción al realizar cualquier trabajo.

 

x

 

Algunos resultados de este programa se observan en empresas como Chubb México, Comex, Consultores en Riesgo y Beneficios, Danone, Ediciones SM, Grúnenthal, Herbalife, Jacobo Asesores, Lapi, Russell Bedford, Sistema Azúcar, Sodexo, Toyota y Volaris, quienes fueron reconocidas por promover una mejor calidad de vida entre sus empleados.

 

Así que no antepongas cosas menos importantes a tu salud, si cuentas con una buena calidad de vida, seguro tendrás un mejor estado de ánimo y una mayor productividad laboral.



martes, 3 de mayo de 2016

Cómo hacer ejercicio lo puede ayudar a tener éxito en su vida (y ganar más)

Hacer ejercicio no sólo se conoce como una de las prácticas más comunes de grandes líderes mundiales y empresarios exitosos. Además, es una de las actividades que genera numerosas ventajas para la salud.

Incluso, también le trae ventajas financieras. De acuerdo con una publicación de Jack Hough, en un blog de MarketWatch, explican cómo aquellos trabajadores o empleados que hacen ejercicio regularmente ganan salarios un 9% más que el promedio.

Y hacer ejercicio implica desde el simple hecho de una caminata de 30 minutos a diario, montar bicicleta para ir o salir del trabajo o tener una fuerte rutina de gimnasio semanal. En la publicación, se destaca la investigación del experto profesor experto en economía del trabajo, Vasilios Kosteas, que señala la relación entre la actividad física y las funciones del cerebro.

Esto, con relación al bienestar del cuerpo, la activación mental y a la liberación de endorfinas. Todo ello traducido, a su vez, con niveles más altos de productividad laboral.

¿Qué es lo que sucede?

La web Fast Company hizo una publicación al respecto y explica que cuando una persona hace ejercicio el cerebro lo reconoce como un momento de estrés y, con ello, se hace necesaria la producción de una proteína que mejora y protege las neuronas y funcionan como un “botón de reinicio”.

A la par, también actúan las endorfinas que minimizan el impacto o dolor causado por el ejercicio y generan euforia y, entonces, es cuando siente esa sensación placentera de ejercitarse. Una pequeña felicidad.

Todo esto se ve reflejado en la forma en la que usted desempeña sus funciones en el trabajo, la capacidad de trabajar bajo presión y el nivel de concentración que puede llegar a tener mientras realiza una tarea determinada.

Incluso, en el lado opuesto, la revista Time también analizó otro estudio en el que las personas obesas que no son amigas de la actividad física pueden llegar a ganar hasta 18% menos que las personas que están en buena condición física.

Actualmente hay varias investigaciones que señalan que hacer ejercicio de forma regular implica dedicar al menos 3 horas semanales a la actividad física. Pero esto, también puede mejorarse con una sana alimentación.

Tony Horton, en la web Ask Men, describe que una buena dieta combinada con el ejercicio, diariamente, puede incrementar la satisfacción laboral hasta un 65% y, con ello, la capacidad de ser un mejor empleado o jefe.