sábado, 4 de octubre de 2014

Cómo Vivir el Momento

Cómo vivir el momento

Vivir en el momento se trata de vivir como si no hubiera mañana. Para hacer esto, debes darte cuenta de la belleza de cada momento y de las actividades cotidianas. Es un acto consciente que requiere participación, no solo observación, pero la recompensa es una vida más valiosa y más plena. Esta es tu vida, ¡vívela!

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    Baila como si nadie te estuviera viendo. Aunque te guste o no bailar, no importa quién no te esté viendo; la idea plasmada en esas palabras resume toda la experiencia de vivir en el momento.
    • Si te importa o si al menos consideras quién te está viendo, estás actuando. Tu objetivo es bailar bien, para impresionar (o al menos, para no decepcionar) a tu audiencia. Para vivir en el momento, "baila como si nadie te estuviera viendo"; tienes que olvidarte de actuar para los demás y aceptar simplemente el momento por lo que es.
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    Fíjate en el mundo. No importa lo que estés haciendo; observa los momentos que te rodean. Tal vez de camino al trabajo o a la escuela, pasas un hermoso puente o tienes una vista de la salida del sol detrás de los edificios de la ciudad.
    • Cuando camines por la calle, mira la forma en que la luz se refleja en los edificios, las líneas de árboles y las aves que logran anidar en algunos rincones y grietas. El simple hecho de inclinar tu barbilla puede darte una nueva perspectiva sobre el lugar donde vives.
    • Mira realmente a una flor. Está bien; sabes que es bonita. ¿Qué es lo bonito? ¿A qué huele, además de a sí misma? ¿Cuántos pétalos tiene? Las hojas, ¿están en espiral en el tallo como una escalera o se ramifican en lados opuestos de vez en cuando? ¿Hay insectos que viven en esta planta? ¿Crees que tienen alguna idea de que existes?
    • Al darte cuenta de si estas cosas son grandes o pequeñas, eres parte de ese singular momento cuando todas estas cosas se juntan. Cuando te das cuenta de que eres parte de todos los momentos que has vivido, estarás casi llegando. Cuando dejas de darte cuenta de ello y simplemente vives, estarás allí.
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    Concéntrate en lo que estás haciendo. Incluso si estás caminando o limpiando el mostrador o barajeando cartas, ¿cómo te sientes? Probablemente hay algún tipo de comentario girando en tu mente y es probable que tenga que ver con algo distinto de lo que estás haciendo. Deja que los pensamientos se vayan y concéntrate en lo que está pasando (no en lo que fue o lo que podría ser). En el budismo, esto se conoce como atención consciente.
    • Solo respira. Cuando el momento comience a escaparse de ti, lo que sin duda tratará de hacer, respira. Inhala profundamente por la nariz, lo más profundo que puedas. Escucha el aire que se mueve dentro de tu cuerpo y siente cómo se inflaman tus pulmones. Exhala lentamente por la boca, dejando escapar el aire por sí solo.
    • Presta atención a tus otros sentidos: el tacto, la vista, el olfato, el oído y el gusto. Actúa como si fuera la última vez que experimentarás lo que estás experimentando. ¿Alguna vez has estado tan concentrado en algo, que parecía como si el resto del mundo hubiera desaparecido? Vivir en el momento se trata de crear ese estado de opinión en cualquier momento. Afloja tu ritmo de vida y trata de disfrutar el presente.
    • Escucha al mundo. Los pájaros, los sonidos de un auto que pasa, las conversaciones distantes de extraños, los chasquidos y crujidos del edificio cuando se calienta y se enfría, los aviones, las pisadas de los transeúntes. El momento es todo lo que te rodea.
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    Sonríe cuando te despiertes. Puedes ajustar el tono de apreciación y conciencia las próximas 24 horas con solo despertarte y sonreír. No te despiertes gimiendo y dándole un golpe a tu despertador. Hay pruebas científicas de que las expresiones faciales en realidad pueden influir en cómo te sientes. En particular, la verdadera felicidad está más estrechamente ligada a una sonrisa de Duchenne que implica sonreír con los ojos, así como con la boca.

    • Visualiza todas las cosas buenas que van a pasar hoy. ¿Tienes que dar una presentación? Imagina las risas que conseguirás por tu bromas y la ovación que recibirás al final. ¿Tienes un ajetreado día de limpieza? Imagina lo bien que te sentirás al sentarte con un delicioso té admirando tu espacio agradable cuando todo esté terminado.
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    Comprométete a hacer actos espontáneos de bondad al azar. Ya sea donar 1 dólar a un fondo en la farmacia, recoger basura o ayudar a las víctimas de desastres naturales. Mantente alerta en cada momento de tu día de alguna forma en la que puedas hacer del mundo un lugar mejor. Incluso algo tan pequeño, como halagar a alguien, puede traer alegría. Son los actos más espontáneos e inesperados de amabilidad que producen el mayor impacto y no puedes ser sensible a este tipo de oportunidades a menos que estés viviendo en el momento. 

    • ¿Tienes un vecino mayor o enfermo que no recibe muchas visitas? Ve a visitarlo con algunas galletas o una jarra de café o de limonada. Si se trata de alguien que no te deja salir una vez que ha conseguido tu atención, empieza a comer y disfruta de sus historias. La gente es mucho más interesante de lo que crees.
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    Minimiza las actividades que matan tu conciencia del momento. ¿Qué estás haciendo para que tu mente huya del presente? A la mayoría de personas, ver la televisión las pone en un estado de ánimo pasivo y el tiempo pasa inadvertido. Soñar despierto y perderte en una buena película o un libro no es malo, pero no es vivir en el momento, ya que pones tu concentración en algo que no está aquí, ahora mismo; es una forma de escapismo. No estés en las nubes, pon los pies sobre la tierra. Haz cosas que sean activas y que te animen a mirar a tu alrededor y participar en el mundo en ese momento. La jardinería, un juego, tejer y tocar un instrumento son actividades que necesitan atención. Así que, ¡levántate de la computadora después de leer este artículo! 

    • Elige por lo menos un día a la semana para apagar tu teléfono celular, la computadora, el radio, el televisor y todos los demás aparatos que se usas para distraerte. Pasa ese día montando tu bicicleta para ir a una cafetería, cuidando el jardín, dibujando algo que veas por la ventana, explorando un área nueva de tu pueblo o ciudad, o llama a un amigo para tomar el té.
    • Limítate a ver tus programas absolutamente favoritos; anótalos en tu agenda y solo enciende el televisor en esos momentos. ¿Te gusta quedarte dormido con la televisión puesta en la noche? En lugar de eso, prueba un té de hierbas. ¿Te la pasas cambiando de canal cuando estás aburrido? Busca un pasatiempo. ¿Ves programas de juegos durante la cena? Cocínate algo especial y saborea cada bocado.
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    Sé agradecido por lo que está pasando. Cuando te encuentres deseando algo que no tienes o que quieras que tu vida fuera diferente, comienza a buscar tu deseo agradeciendo por lo que ya tienes en tu vida. Esto te llevará de nuevo al presente. Haz una lista de lo que vas a agradecer ahora, incluso si lo único que puedes pensar es en que estás vivo y puedes respirar. No quieres perderte los dones que tienes justo en frente, porque siempre estás buscando más allá de lo que tienes en el presente, lo que fue o lo que podría ser. Si estás agradecido por lo que está pasando, serás feliz de estar en el momento, en vez de soñar con ser feliz en otro lugar.

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